Durante el mes de septiembre se ha comenzado a trabajar con los grupos de hombres los contenidos relacionados con el módulo IV, concretamente el primer tema “Violencia Basada en género, Patrón cíclico de la violencia. Esta acción formativa, realizada en el marco del proyecto “Prevención de la Violencia de Género y mejora de la Salud Sexual y Reproductiva de las mujeres en 10 comunidades de El Viejo, Chinandega (Nicaragua) Fase 2″ , cofinanciado por la Xunta de Galicia y ejecutado por APADEIM y Fundación Mujeres, pretende enseñarles a reconocer los distintos tipos de violencia existentes, no sólo la física que es la más fácilmente reconocible por ellos. También se ha abordado el tema de las agresiones verbales y el maltrato psíquico, en sus formas más encubiertas, así como se les ha explicado como es el ciclo de la violencia y las leyes existentes respecto a este tema.
A lo largo de estas sesiones formativas se hace alusión a situaciones y circunstancias vivenciadas en las comunidades de los grupo participante poniendo de manifiesto las diversas expresiones de la violencia que existe hacia las mujeres. Estos aspectos se trabajan desde una perspectiva sociocultural y jurídica para ayudarles a reconocer las transgresiones hacia los derechos humanos, sexuales y reproductivos de las mujeres.
Para favorecer que los participantes interioricen los contenidos tratados en estos talleres formativos, se hizo énfasis en el análisis y estudio de casos de violencia en donde son identificables las desigualdades entre mujeres y hombres. Dicho análisis permitió reflexionar igualmente con los grupos sobre las causas y efectos de la violencia de género en la vida de las mujeres, siendo parte de los efectos más destacados por ellos los problemas de salud y las limitantaciones existentes para acceder a una atención en el ámbito sexual y reproductivo. Así lo expresaron algunos hombres del grupo en las acciones formativas relacionadas a este eje temático: “Si una mujer vive violencia, todo cambia para esa mujer, prácticamente se vuelve una persona sin voz, ni voto en su casa; alguien que debe depender siempre de lo que diga su pareja; incluso si el esposo no quiere que una mujer asista al médico, la mujer producto del mismo miedo, no asiste. La palabra de él pesa incluso sobre su propia salud” (Comunidad El Manguito).
Por otra parte, un aspecto sobre el cual se hizo mucho énfasis fue el reconocerse como figuras sociales que inciden en el bienestar de las mujeres de las comunidades. De esta forma lo manifiesta uno de los referentes masculinos durante el desarrollo de los talleres: “Un hombre que no sabe escuchar y que es machista, siempre va a querer mandar sobre sus parejas, cambian sus papeles de ser compañero y quieren convertirse en dueño de las mujeres, toman las decisiones por ella, aun cuando se trata de la vida de estas mujeres” (Comunidad El Congo).
Identificar las inequidades y patrones violentos en las relaciones de pareja desde el ámbito sexual y reproductivo es un aspecto de suma importancia para que los hombres promuevan y generen estrategias de cambio en sus vidas que favorezcan la salud integral de las mujeres.
