En el marco del proyecto “Prevención de la Violencia de Género y mejora de la Salud Sexual y Reproductiva de las mujeres en 10 comunidades de El Viejo, Chinandega (Nicaragua)” cofinanciado por la Xunta de Galicia y ejecutado por APADEIM y Fundación Mujeres,  29 mujeres de diferentes comunidades rurales de El Viejo viajaron a Malpaisillo (León) donde asistieron a chequeos ginecológicos. Dicho espacio fue aprovechado para reforzar la temática trabajada en el Encuentro Intercomunitario celebrado el 13 de octubre de 2016 sobre “Mis derechos en la maternidad”, ya que algunas de las mujeres no pudieron estar presentes aquel día.

Se inició recordando la proximidad del día 25 de Noviembre, las distintas acciones institucionales que APADEIM estaría desarrollando durante 15 días de activismo, así como la historia de las Hermanas Mirabal y el compromiso de seguir trabajando por la erradicación de la violencia hacia las mujeres. De esta manera se fue profundizando en los diferentes tipos de violencia que sufrían las mujeres y vinculándolo con el tema a abordar “Mis derechos en la maternidad”.

La mayoría de las presentes comentaban que habían tenido su primer bebé entre los 15 y los 18 años y, en la actualidad, el promedio de hijas e hijos era superior a 3.  Se analizaron las razones por las que las mujeres se quedaban embarazadas a una edad tan temprana, entre las cuales se señalaron: novios a edad temprana, falta de comunicación por parte de los padres y madres, falta de trabajo, falta de planificación familiar (uso de anticonceptivos). La mayoría de las mujeres presentes manifestaron que sus parejas no veían el cuidado de los menores como algo que les competa.

Algunos de los comentarios rescatados de la jornada fueron:

“Se piensa que la mujer que no tiene o quiere hijos es porque es cochona (lesbiana)”

“Mi marido me prohibió el baile, salir”

“Si el marido llegaba a la casa y no estaba la comida por yo andar fuera, ahí había problemas”

“Lamentablemente, cuando un hombre ayuda es criticado por los demás hombres y mujeres”.

“yo ahora estoy ya mayor, pero si volviera el tiempo atrás no aguantaría todos los golpes que aguanté”.

“Aguanto por mis hijos”.

“Yo le decía, que no era su mamá que soy su esposa”.

“Mi suegra decía que yo era una mala mujer, porque no estaba todo el día en la casa”.

También aprovechó la ocasión para conversar sobre “cómo debe de ser una madre de acuerdo a la construcción social” y cómo la religión había contribuido a ese imaginario. Las compañeras reflexionaban conjuntamente e iban deconstruyendo el “rol de la mujer madre” y construyendo una figura de la “mujer madre” en la que “el cuidar a los demás” no fuera la finalidad de la mujer, sino más bien una responsabilidad compartida entre los hombres y las mujeres. También identificaron los derechos que tenían: salir, distraerse, derecho a elegir, derecho a no continuar con su pareja, derecho a la salud y a la discrecionalidad, derecho a continuar estudiando, derecho a una sexualidad libre, derecho a divertirse, derecho a un trabajo digno, entre otros.