El proyecto “Promoción del desarrollo socioeconómico en contexto post COVID-19 de las mujeres rurales en el distrito de Jinja, Uganda» implementado por la organización ugandesa WIPE-Uganda en coordinación con Fundación Mujeres y con la financiación del Ayuntamiento de Córdoba, cumple sus primeros seis meses trabajando con mujeres integrantes de grupos de ahorro del distrito de Jinja, en Uganda, tiempo en el que han podido participar en talleres de alfabetización financiera, talleres de formación profesional y sesiones de sensibilización sobre derechos humanos.
Los grupos de ahorro, conocidos en el país como Village Savings and Loans Associations (VSLA), son micro cooperativas de ahorro y créditos, unas estructuras muy comunes en el continente africano y, en especial, en Uganda. Los talleres de alfabetización financiera han permitido que los 30 grupos de ahorro con los que se está trabajando en el proyecto hayan aprendido a gestionar sus VSLAs y mejorar sus capacidades económicas. Hasta la fecha, entre todos los grupos han ahorrado una cantidad total de 16.546,25€ y se han concedido 289 créditos, muchos de ellos destinados a iniciar actividades generadoras de ingreso, lo que permitirá mejorar la situación económica de las mujeres participantes e incrementar su autonomía, así como el acceso a mejores oportunidades laborales.
Los talleres de formación profesional, basados en la fabricación de jabón y vaselina, han sido un éxito en esta primera mitad de año, pues han contado con una asistencia mayor al 80% en todos los subcondados de intervención, lo que es señal del alto interés de las mujeres en estas capacitaciones. Además, más de 20 de las mujeres participantes ya han empezado sus propios negocios de venta de jabón.
Finalmente, como parte de la sensibilización comunitaria, se han realizado hasta un total de 150 debates comunitarios sobre los Derechos Humanos, donde las y los diferentes participantes han podido discutir sobre cuáles son estos derechos, cómo protegerlos, detectar cuándo están siendo vulnerados y cómo denunciarlos. En estas actividades la participación de las mujeres también ha sido muy elevada, y al compartir espacio con personas fuera de sus círculos domésticos, han podido expresarse con menos temor e incluso se han atrevido a contar sus propias vivencias.
Esto permite al equipo del proyecto hacer una valoración positiva de los primeros seis meses de ejecución del proyecto y orientar las acciones a realizar en la segunda mitad del año.
