Este mes de mayo, en el marco del proyecto “Prevención de la Violencia de Género y mejora de la Salud Sexual y Reproductiva de las mujeres en 10 comunidades de El Viejo, Chinandega (Nicaragua) Fase 2” cofinanciado por la Xunta de Galicia y ejecutado por APADEIM y Fundación Mujeres, dieron inicio los talleres correspondientes al Módulo III del proceso formativo “Cuido de la salud, salud sexual y reproductiva en el Hombre”. En este espacio, donde los hombres reflexionan sobre sus creencias y prácticas entorno a su sexualidad y cómo esto incide en la Salud Sexual y Salud Reproductiva de las mujeres, también se les motiva a dar cambios y asumir conductas responsables de respeto y valorización de la salud e integridad física y emocional de ellas.
El proceso formativo desarrollado con los hombres de las comunidades se basa en el enfoque de masculinidad en positivo, como parte del enfoque de género con el que se trabaja. Desde este enfoque se reconoce las características y especificidades de los hombres en la cultura patriarcal. Además, se toma en cuenta las dificultades que los hombres tienen para construir la equidad de género y se trabaja sobre temas como el machismo, la violencia masculina, la masculinidad hegemónica y las dificultades de los hombres para expresar emociones y el manejo del poder.
Este proceso se centra en metodologías vivenciales como una herra¬mienta esencial para el aprendizaje. Esto está permitiendo a los hombres vivenciar situaciones, emo-ciones, sensaciones de las diferentes etapas de su vida, aprender de ellas y sanar sus duelos.
Así mismo, también se emplea la metodología de “aprender haciendo”, lo que ha facilitado a los hombres participantes sentirse como agentes activos en la construcción, de-construcción y re-construcción del conocimiento y no como agentes pasivos, simplemente receptores. El objetivo ha sido desarrollar capacidades para la puesta en práctica de estas habilidades bajo una concepción humanista y de Derechos Humanos.
Además, el uso de técnicas ludopedagógicas ha sido clave y contribuye enormemente al desarrollo de habilidades y competencias en las distintas fases del proceso de aprendizaje que promovemos con los hombres.
Los talleres sustentados en estas metodologías participativas, permiten adecuarse a escenarios que motivan a los hombres a reflexionar y a compartir sus experiencias en relación a su salud sexual y salud reproductiva. Al mismo tiempo, los talleres han aportado a que se promuevan procesos de concienciación por parte de ellos mismos en relación a su auto cuidado, y el cuidado hacia sus parejas, desde el ejercicio de una sexualidad responsable.
Reconocerse como elementos claves para generar alternativas que aporten a una adecuada salud sexual y salud reproductiva de carácter familiar implica la reducción de prácticas vinculadas a la falta de respeto y compromiso en las rela¬ciones de intimidad con sus parejas.
“Siempre es bueno conocernos, si bien es cierto eso nos protege, también protege a nuestras esposas, porque no se puede hablar de bienestar solamente para una parte de la pareja, es necesario que los dos estemos al mismo nivel de conocimiento y cuido” (Hombre de la Comunidad Pueblo Nuevo).
Obtener información sobre su condición sexual y reproductiva aporta a los hombres conocimientos en relación a su propio cuerpo, propiciando ejes de reflexión simultáneos sobre el respeto para sus cuerpos y para los cuerpos de las mujeres y asumiendo la responsabilidad tanto de su propia salud sexual y salud reproductiva como la de sus parejas.