En el marco del proyecto “Prevención de la Violencia de Género y mejora de la Salud Sexual y Reproductiva de las mujeres en 10 comunidades de El Viejo, Chinandega (Nicaragua) Fase 2”, cofinanciado por la Xunta de Galicia y ejecutado por APADEIM y Fundación Mujeres, se están impartiendo talleres formativos, correspondientes al módulo 5.1 “Estrategia Nacional de Salud Sexual y Salud Reproductiva. Protocolo, manuales de atención en Salud Sexual y Reproductiva en los centros de Salud”, con hombres pertenecientes a la primera y segunda fase del proyecto de las distintas comunidades de El Viejo.
Durante la impartición de estos procesos formativos se motivó al grupo de hombres a ejercitar sus derechos y hacer visible la demanda existente acerca del acceso a un sistema de salud equitativo y de calidad para mujeres y hombres. Fue importante hacer la asociación entre la importancia que se da desde el sistema de salud a ámbitos propios de la salud sexual – reproductiva, como el sistema de planificación familiar, las diferentes estrategias de prevención hacia las ITS con el ejercicio de una sexualidad responsable.
Los hombres participantes expresaron sus apreciaciones en relación a la forma en que se implementa la estrategia nacional de salud, señalando y criticando un modelo meramente proveedor, al cual le falta complementarse con un acercamiento idóneo hacia las esferas socio comunitarias, tal y como lo expresó uno de los hombres en el taller: “Si es cierto que hay materiales para cuidar nuestra salud y prevenir enfermedades de transmisión sexual, pero muchas veces están y no hay una instrucción adecuada, se toman y usan los materiales o medicamentos sin tener una idea clara de cómo funcionan y el para que nos sirven”.
El colectivo de hombres de forma explícita están realizando, desde sus derechos democráticos y condición ciudadana, pronunciamientos para ser beneficiados de una estrategia nacional en niveles más incidentes, donde se tomen en cuenta las particularidades de los contextos socio comunitarios en donde, además de existir un contexto no familiarizado con dicha estrategia de salud sexual y reproductiva, se debe lidiar con creencias y estereotipos sociales propios del ámbito rural, ya que, en estas comunidades la integración hacia un sistema de salud que implica el ejercicio del cuidado hacia la salud reproductiva tiende a ser una práctica muy cuestionada por la doctrina religiosa imperante.
Esta última idea la refuerza el grupo de referentes durante el desarrollo de los procesos formativos: “Por motivos religiosos, las personas que se preocupan por acceder o conocer una estrategia de salud pública, no son muchas, aquí las personas y los hombres casi no usan porque según ellos, no andan haciendo cosas malas o buscando mujeres fuera de su casa y porque son buenos cristianos” (Comunidad Aurelio Carrasco).
En el desarrollo de esta ronda formativa se hizo mucho hincapié en la importancia que tiene informarse acerca de la estrategia nacional asociada a la salud sexual y reproductiva como un medio que aporte al empoderamiento personal, poder replicar esta información con otros hombres de las comunidades y hacer consejerías adecuadas, para la toma de decisiones que aporten al bienestar integral de las familias y con ello hacia las acciones de prevención de violencia, especialmente en lo que se refiere a la violencia sexual.