En el marco de las acciones realizadas dentro del proyecto “Prevención de la Violencia de Género y mejora de la Salud Sexual y Reproductiva de las mujeres en 10 comunidades de El Viejo, Chinandega (Nicaragua) Fase 2”, cofinanciado por la Xunta de Galicia y ejecutado por APADEIM y Fundación Mujeres, se ha procedido a la distribución de preservativos a grupos de hombres de las distintas comunidades de El Viejo, de cara a contribuir al uso idóneo de este método para la prevención de embarazos no deseados e ITS – VIH.
En los procesos formativos que se llevan a cabo con los grupos de hombres se hace mucho hincapié en el uso adecuado de los métodos de planificación familiar, aumentando así la demanda, por parte de los hombres, para tener un mayor acceso a estos métodos, específicamente a los preservativos: “Es difícil tener acceso a los preservativos, aquí no existe un centro de salud y el personal del MINSA casi nunca viene, entonces eso hace que nosotros rara vez tengamos preservativos a la mano”.
Las limitaciones que existen en relación a la obtención de los preservativos en los contextos comunitarios es solamente uno de los indicadores que evidencian la falta de uso de este método de barrera como una alternativa eficiente de prevenir la posibilidad de adquirir las ITS – VIH o embarazos no deseados. Mientras se realizaba la distribución de los preservativos, el grupo de hombres narraban experiencias propias y de otras personas que habían visto afectada su salud o sus mujeres habían quedado embarazadas por no usar ningún método de prevención: “Nos han enseñado que al ser hombres de una sola mujer, no tenemos por qué usar los condones, pero siendo realista las enfermedades no solo tienen que ver con tener otras mujeres sino también por la falta de cuido e higiene que algunos de nosotros tenemos”
La revisión de prácticas y actitudes asociadas a la salud sexual y reproductiva por parte de los hombres del grupo meta debe ser un ejercicio constante y transversal en los procesos formativos, sobre todo en lo relativo a interiorizar prácticas como el uso de preservativos, las cuales implican romper con los tabúes transmitidos a nivel social y religioso, por los que existe una sanción moral y social para quienes hacen uso de estos métodos. Por ello, el interés y demanda de estos métodos es un indicador de cambio y empoderamiento masculino en relación al cuidado de la salud sexual y reproductiva tanto de sus parejas y como propia.