El 11 y 12 de noviembre se desarrolló el Taller con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las mujeres cuidadoras no profesionales en el ámbito familiar estableciendo como prioritario el autocuidado mediante el desarrollo de hábitos saludables y trabajando la autoestima.
Las cuidadoras viven una realidad a menudo invisibilizada y no valorada, y, por supuesto, no remunerada, en la que se da por hecho que es obligación de ellas y sin tener en cuenta el tiempo que las quita para desarrollarse profesional o intelectualmente, de su ocio, de pensar en ellas mismas, etc. ignorando la merma que ello supone en su calidad de vida.
8 de cada 10 personas que se dedican al cuidado de forma no profesional son mujeres. Esto deja claro que se trata de una tarea altamente feminizada, por lo que las mujeres son las más afectadas.
En el Taller Emocionarte que se desarrolló el 18 y 19 de noviembre, aprendimos a gestionar las emociones negativas y a valorar las positivas. Hicimos especial hincapié en la culpa: ¿realmente soy culpable? La culpa acompaña a las mujeres destrozando su vida y además sin ser real. Muy interesantes las “emociones ecológicas”.