El pasado martes 1 de octubre, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, anunció la aprobación de un paquete de medidas económicas con la finalidad de “reducir el gasto público y reactivar el sector productivo”, entre las cuales se encuentra la eliminación del subsidio al combustible. Estas medidas han desencadenado una fuerte crítica desde varios sectores de la sociedad, que señalan que esto siginifica un aumento de la precariedad de las comunidades más vulnerables del país, entre ellas toda la población indígena.
Como respuesta a estas medidas, la Confederación Nacional Indígena del Ecuador (CONAIE) junto a otras organizaciones sindicales y sociales, convocaron a un gran paro nacional, con una fuerte movilización de la población indígena a la capital del país y otras capitales de provincia, donde se dieron situaciones de violencia y vulneración de los Derechos Humanos.
Entre el miércoles 2 y el domingo 6 de octubre se sucedieron múltiples asambleas populares principalemente en provincias con alta población indígena, zonas de la Sierra Centro y territorio amazónico. En paralelo comenzaban los cortes de carreteras y las movilizaciones en diferentes localidades. El sábado y el domingo, los cortes de carretera tenían ya paralizado todo Ecuador. De la misma manera, en Quito, estudiantes de la universidad salían a las calles en solidaridad al llamamiento indígena, reivindicando la derogación del Decreto 883 y el resto de medidas económicas anunciadas por el presidente de la República. La respuesta gubernamental fue la represión acompañada por la declaración del estado de excepción (limitación de los derechos de tránsito, asociación y reunión, libertad de información, inviolabilidad de domicilio y correspondencia) y toque de queda.
El lunes 7 de octubre comenzaron a llegar a Quito miles de manifestantes provenientes de las provincias indígenas. Entre los barrios de la periferia de la ciudad hubo multitud de gestos solidarios ante la llegada de la población indígena, que se congregaron en El Arbolito, parque céntrico de la capital ecuatoriana donde han tenido lugar históricos episodios que terminaron derrocando diversos gobiernos durante la década de inestabilidad política. En la tarde del 12 de octubre, “Día de la Interculturalidad y la Plurinacionalidad” en Ecuador, el Gobierno Nacional se reunió con los líderes indígenas para analizar el contenido del Decreto 883 y finalmente confirmar su aparente derogación.
En este contexto, las actividades que Fundación Humana Pueblo a Pueblo desarrolla en las comunidades indígenas de la parroquia de Quisapincha, en alianza con Fundación Mujeres y apoyo financiero de la Xunta de Galicia, en el marco del proyecto “Fomentando iniciativas productivas con valor agregado para la reducción de la pobreza y la exclusión de las mujeres de la Parroquia de Quisapincha, Tungurahua”, se vieron paralizadas unos cuantos días, hasta el 13 de octubre, fecha en que se derogó el Decreto. Gran parte de la población beneficiaria de este proyecto participó en el paro nacional tanto en Quito como en la misma parroquia, organizando diferentes actividades como participación en las asambleas ciudadanas, veladas y guardianías para resguardar la seguridad de las comunidades, comisiones para trasladarse a Quito y Ambato, cierre de vías, cierre del mercado, etc.
Actualmente se empiezan a restablecer las actividades del proyecto con lentitud puesto que las comunidades indígenas siguen en diálogos y organizándose para ser veedores del cumplimiento de los compromisos del gobierno y la efectiva derogación del decreto.
Imagen extraída del Diario La Hora, “Movimiento indígena, una historia de resistencia» (20/10/19).