Tras siete meses de actuación en los distritos de Kamuli y Mayuge, empieza a dar sus primeros resultados el proyecto “Impulsando el empoderamiento económico de mujeres rurales: Alternativa para reducir la feminización de la pobreza y la violencia en Uganda”. Fundación Mujeres implementa este proyecto en Uganda junto a la socia local WIPE-Uganda y la financiación de Diputación de Cáceres.
El proyecto quiere contribuir al logro de la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres rurales en la región de Busoga (Uganda) para lograr la eliminación de la pobreza feminizada y la violencia de género (ODS 5).
Para alcanzar este objetivo, se está trabajando con diez grupos de ahorro rurales integrados mayoritariamente por mujeres, con el fin de mejorar su situación económica y sus condiciones de vida. Una de las principales actividades desarrolladas es la alfabetización financiera, que busca fortalecer los conocimientos de las mujeres en temas como finanzas personales y gestión del ahorro. Hasta el momento, se han llevado a cabo talleres sobre el funcionamiento de los grupos de ahorro, técnicas efectivas para ahorrar y principios básicos de emprendimiento.
Gracias a estas formaciones, en la primera mitad del proyecto, más de 300 mujeres participantes han conseguido ahorrar un total de 1.307 euros, equivalente a 5.229.000 chelines ugandeses. De esta cantidad, más del 40% ha sido invertido en pequeños negocios, que mejorarán sus medios de vida y contribuirán a su autonomía económica. Por ahora, estas prácticas ya están teniendo un impacto muy positivo, permitiendo que las mujeres dependan menos económicamente de sus maridos y reduciendo así su exposición a situaciones de violencia que vulneran sus derechos.
Los grupos de ahorro con los que trabajamos son pequeñas cooperativas formadas por mujeres de un mismo vecindario o familia, cuyo propósito es ofrecer un espacio seguro para ahorrar, acceder a préstamos y contar con seguros en caso de emergencia. De esta manera, se crea un fondo compartido al que durante el año las mujeres puedan solicitar préstamos y devolver al mismo fondo con un pequeño interés que se va acumulando.
Al final del ciclo anual, tanto los intereses generados por los créditos como los ahorros se reparten proporcionalmente entre todas las participantes en función de la cantidad ahorrada por cada persona. Una vez concluido el año, el grupo comienza un nuevo ciclo desde cero.