Hoy entrevistamos a Estela Expósito Núñez

Hoy entrevistamos a Estela Expósito Núñez

Desde Asturias, hemos contado con la colaboración de Estela Expósito Núñez quien nos ha explicado su experiencia como cuidadora y su paso por el programa.

Cuéntanos por qué llegaste a Cuidadanas.

Os cuento que he pasado una enfermedad: Endometriosis, poco conocida pero muy común. A raíz de que me hicieron una intervención quirúrgica dejé de trabajar y durante la recuperación me empecé a hacer cargo de mi madre, que no está enferma de nada (afortunadamente) pero está muy mayor. A partir de ese momento me hice cargo al 100% de su cuidado. No vivíamos cerca, entonces busqué una vivienda cerca de ella y la encontramos. Mi marido y yo nos fuimos a vivir ahí de inmediato. Y así es como me convertí en cuidadora de mi madre, sin tenerlo planeado, las cosas se dieron así. Mi madre ya no sale de casa, así que yo me hago cargo de todo lo que necesita, le hago la compra, voy a diario, le llamo varias veces al día para que no sienta demasiado la soledad. La última llamada es antes de dormir, me quedo tranquila de saber que se ha ido a la cama. 

No he vuelto a trabajar en nueve años o así. No me di cuenta, no supe el momento en que esta situación me superaba. Aproximadamente hace tres o cuatro años, me llegó un aviso del SEPE (Servicio Estatal de Empleo) de algunos cursos que ofrecían en Fundación Mujeres. No sé bien porque acudí a las oficinas de Fundación mujeres. No me daba cuenta, conscientemente, de que necesitaba hacer otras cosas a parte de cuidar a mí madre. Además, la oficina de la Fundación está al lado de mi casa, así que acudí. Me vino muy bien, definitivamente.

¿Qué te animó a venir?

Como ya he mencionado, consciente, no tenía una razón de peso. La curiosidad propiamente. El propio nombre de la Fundación Mujeres me atrajo, una institución que dedica un espacio a nosotras la mujer, me pareció bien. Empecé a acudir a distintos talleres que ofrecen y cada vez me sentía mejor y quería seguir aprendiendo más. Luego me dirigieron al proyecto Cuidadanas y una vez ahí me di cuenta de lo que estaba viviendo. No estaba cuidándome a mí misma, no es-taba viviendo una buena vida. He estado viviendo con sentimiento de culpa. Esa emoción destructiva que me impedía crecer como persona y continuar avanzado en mi vida. El apoyo de otras mujeres es fundamental cuando estás pasándolo mal. Incluso ahora con las videoconferencias, a raíz de Covid-19, conocer a mujeres de toda España que están pasando por mi misma situación o hacer talleres con ellas me parece interesante, mi horizonte se amplía más allá de mi cuidad, Oviedo, soy asturiana.

¿Qué has cambiado en tu vida para situarte también en el centro de tu cuidado?

En Cuidadanas me han enseñado que a que para cuidar debo cuidarme yo, que debemos hacer ejercicio físico. He empezado a hacerlo y me siento muy bien. Cada noche después de hablar con mi madre me regalo una hora para hacer algunos ejercicios, bicicleta estática y algunos otros. No voy a mentir diciendo que lo superado, estoy trabajando en ello. Poco a poco. Hay días en que se me hace difícil la situación con mi madre, nuestra relación no es fácil, pero poco a poco estoy aprendiendo a valorarme y a cuidar de mi e intentar crear algunos proyectos personales.

¿Cuáles consideras tus logros más destacados?

Que he aprendido a valorarme, a cuidarme y que he empezado a saber que puedo pedir ayuda. No quiero vivir con miedo. Quiero tener una relación más sana con mi madre, darnos lo mejor de nosotras mismas, respetarnos. También estoy en camino de hablar de mis circunstancias, ser más abierta, más expresiva. Tenemos que visibilizar los problemas de los cuidados. Cuidadanas me ha dado confianza y cercanía. Me estoy preparando mentalmente, fortaleciéndome para pedir ayuda a la familia y que también se asuman su propia responsabilidad, entre muchas la carga será más fácil. Quiero seguir aprendiendo y creciendo interiormente.

Hablemos de dificultades… ¿Qué obstáculos te has encontrado en este camino?

Para empezar, los cuidados, socialmente, es un asunto de mujeres. Los hombres, ya sea el marido, hermanos, etcétera no se involucran. La sociedad en su conjunto no hace visible esta cuestión. Me he sentido sola. Tampoco las instituciones dan a conocer programas de ayuda para las familias y sus cuidadores. No hay ningún apoyo por ningún lado, por eso la importancia de instituciones como Fundación Mujeres y su proyecto Cuidadanas. 

Y ahora, ¿Qué retos te has planteado?

En Fundación Mujeres he realizado muchos cursos, siempre que me llega la información por correo electrónico la analizo y me apunto a algo. Siempre estoy aprendiendo algo. He realizado algunos cursos de emprendimiento y tengo en mente una tienda-taller de ganchillo o así, me hace ilusión. Seguiré trabajando en mi cuidado y seguramente pronto me lanzaré en este propósito. Siento que Fundación mujeres me ha dado muchas herramientas, me ha capacitado para emprender, me siento capaz. Desde niña mi madre me enseñó a trabajar el ganchillo y tengo ganas de enseñar a otros lo que he aprendido. Es un proyecto bonito.

¿Qué le dirías a una mujer cuidadora, en una situación parecida a la que tú tenías?

Que acudan a Cuidadanas de Fundación Mujeres. Ahí encontrarán apoyo. Aprenderán a cuidarse y valorase. Lo recomiendo, incluso a mi mejor amiga la hablo de la fundación y la insisto de apuntarse. A mí me ha venido muy bien. Es bueno saber que no estamos solas, que podemos pedir ayuda. Todas las personas que trabajáis ahí sois geniales. Sois muy cercanas. Ofrecéis un apoyo muy importante para ocuparnos de nosotras mismas y no dejarnos en segundo lugar. No se puede perder la esperanza, somos muchas las mujeres que estamos pasando por la misma circunstancia, sabemos de las dificultades y lo duro que es. Cuando estas en una situación de cuidados te olvidas que existes tú, necesitas que alguien te llame la atención para que aprendas a valorarte y quererte a ti misma. La culpabilidad es un signo de alarma que nos indica que debemos detenernos en el camino y reflexionar sobre cómo nos estamos sintiendo y mejorar y reconducirnos a cambios positivos. Hablar de tus sentimientos y perdonarte es algo que hay que hacer, no es fácil, pero en Cuidadanas te ayudarán.   

Desde Fundación Mujeres y Cuidadanas, queremos agradecer a Estela Expósito Núñez su colaboración y participación y animar a más mujeres como ella a seguir luchando por sus motivaciones personales, sociales y laborales para conseguir los logros que se propongan.

Si estás interesada en reconducir la tarea del cuidado que realizas para darte el espacio que necesitas y construirte como mujer y como mujer cuidadora puedes contactar con nosotras llamando al 915912420 o al correo cuidadanas@fundacionmujeres.net

Esta actividad está financiada por el

Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030