En el mes de septiembre de 2021 ha comenzado el proceso formativo de género y emprendimiento en el marco del proyecto GOMESI: Promoviendo el empoderamiento socioeconómico de las mujeres rurales de los subcondados de Mabufira y Buyengo (Jinja, Uganda) en contexto COVID-19”, financiado por la Diputación Provincial de Cáceres e implementado por WIPE-Uganda en coordinación con Fundación Mujeres.
A lo largo de estas sesiones, las mujeres están aclarando conceptos clave -muchas de ellas no conocían el concepto de emprendimiento-, y reflexionando sobre el género y su papel en la esfera socioeconómica y en cómo los estereotipos y normas sociales pueden afectar también en este ámbito, así como sobre las estrategias posibles para minimizar su impacto.
Las participantes Mutesi Aisha y Nantale Miria han asistido con sus hijos más pequeños a las sesiones. De esta manera concilian la vida personal con la laboral y educativa. “Dicen que las mujeres solo servimos para tener hijos y cocinar, pero eso no es así, por eso estoy hoy aquí” asegura una de ellas. En las sesiones están identificando estereotipos que afectan negativamente a la mujer en el ámbito laboral. La mayoría de ellas coinciden en que popularmente se cree que la mujer no puede trabajar y que nunca debería ser más rica que un hombre. Aisha coloca su hija en la espalda y seguidamente y frente a estas afirmaciones se lleva las manos a la cabeza, le entristece pensar que la mayoría de sus amistades y conocidos también piensan eso.
Durante la última sesión, con el objetivo de hacerla más divertida, los consultores financieros recogieron todas las aportaciones de las mujeres y les pidieron que ejemplificaran esas creencias. Sin dudar, un grupo de mujeres, de forma improvisada, decidieron teatralizar una de estas situaciones. Kaudah Annet, una de las participantes más activa en los talleres, se ofreció para protagonizar la obra. En ella, interpretaron a un grupo de mujeres a las que los hombres no les permiten crear su propio negocio, en este caso de dulces ugandeses. Annet, con un cubo lleno de mandazis (buñuelos ugandeses) dice en alto: “somos mujeres y tendríamos que ser capaces de alzar nuestra voz frente a los hombres y abogar por nuestros derechos”. El resto aplaudió con fuerza.
Con formaciones como estas, las mujeres están tomando conciencia de las desigualdades de género y cuestionándolas, lo que se considera un paso clave dentro de su proceso de empoderamiento personal y colectivo.