Las últimas investigaciones indican que entre los usuarios de Internet más jóvenes, los principales creadores de contenidos para Internet (blogs, gráficos, fotografías y páginas web) no son chicos inadaptados, sino todo lo contrario: los pioneros cibernéticos del momento son adolescentes efusivas con el mundo digital.
«La mayoría de los chicos no tienen paciencia para este tipo de cosas», comenta Nicole Domínguez, de 13 años, de Miramar, Florida, entre cuyas aficiones está la de diseñar iconos gratuitos, maquetas y glitters (animaciones brillantes) para Internet y páginas de MySpace de otros adolescentes. «Es algo realmente muy difícil».
Nicole cuelga sus gráficos, así como sus propios consejos de codificación informática en HTML y CSS (algo que aprendió por su cuenta), en la página rosa y violeta de Sodevious.net, un dominio que le compró su madre en octubre. «Si se hiciera una encuesta, creo que saldría que los chicos no suelen tener páginas web«, afirma. «La mayoría son chicas».
De hecho, un estudio que publicó en diciembre el Pew Internet & American Life Project refleja que, entre los usuarios de Internet de entre 12 y 17 años, hay muchas más chicas que chicos que bloguean (un 35% de chicas comparado con un 20% de chicos) y que crean o actualizan sus propias páginas web (un 32% de chicas frente a un 22% de chicos).
Las chicas también eclipsan a los chicos a la hora de construir o modificar páginas web para otras personas, así como crear perfiles en páginas de redes de contactos (un 70% de chicas de entre 15 y 17 años tienen una, frente a un 57% de chicos de esas mismas edades). Colgar vídeos es el único ámbito en el que los chicos superan a las chicas: ellos tienden a subir cerca del doble de vídeos que ellas. Las explicaciones de este desequilibro entre los sexos son casi tan variadas como las propias ciberchicas.
Entre ellas, hay blogueras que escriben sermones eternos sobre asuntos de adolescentes como «profesores malvados» y el trato con los padres, pero también hay emprendedoras cuyos devaneos con la Red les dan más dinero que todo un verano cuidando a niños.
«Yo fui la primera podcaster adolescente que ha recibido un patrocinio importante», afirma Martina Butler, de 17 años, de San Francisco, que lleva tres años grabando EmoGirlTalk, un programa de música indie, desde el sótano de su casa. Desde entonces, hay más de media docena de empresas, incluida Go Daddy, el proveedor de dominios de Internet y servidores web, que han pagado por salir en sus podcasts, que aparecen todos los domingos en Emogirltalk.com.
«La verdad es que no para de ir a más», asegura Martina, que aspira a ser presentadora de radio y televisión y comenta que se alegró al conocer el estudio Pew. «No me sorprende, porque las chicas somos muy creativas», afirma, «a veces incluso más que los hombres».
La tendencia a crear contenidos se ha ido propagando desde hace unos años -un estudio Pew que se publicó en 2005 también reflejaba que las adolescentes eran las principales creadoras de contenido-, pero la brecha entre los sexos, sobre todo al bloguear, ha crecido.
Sin embargo, aunque las chicas superan a los chicos en la creación de contenidos para Internet, el desequilibrio entre los adultos en la industria de los ordenadores sigue vigente. Las mujeres ocupan cerca del 27% de los empleos relacionados con las matemáticas y la informática, según el Bureau of Labor Statistics. Y según el National Center for Women & Information Technology, entre 2000 y 2005 hubo un descenso del 70% en el número de mujeres que decidieron estudiar informática en la universidad.
Los expertos en ciencias informáticas opinan que hay varias razones que explican la falta de mujeres: los cursos introductorios no suelen llamar mucho la atención, es difícil identificarse con los estereotipos existentes de los hombres brillantes de ciencias y hay muy pocos modelos de conducta femeninos.
Es posible que las chicas que hoy producen glitters desarrollen un interés por la ciencia rigurosa que se esconde tras la informática, pero algunos expertos se resisten a llegar a esa conclusión.
«Podemos esperar que eso suceda, pero hasta el momento la brecha ha seguido igual», asegura Jane Margolis, autora de Unlocking the clubhouse: women in computing [Abrir el club: las mujeres en la informática], publicado en 2002 por MIT Press.
Las preguntas sobre por qué las chicas son prolíficas en la creación de contenidos para Internet suelen desencadenar especulaciones y generalizaciones.
Algunos expertos esgrimen el argumento de que las chicas predominan en este campo porque ambos sexos reciben influencias de las expectativas culturares.
«A las chicas se las entrena para contar historias sobre ellas mismas», opina Pat Gill, directora interina del Institute for Communications Research y profesora asociada de estudios de género y de la mujer en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign.
Las investigaciones del Berkman Center for Internet & Society de la Harvard Law School, basadas en los resultados de entrevistas y sesiones de grupo con jóvenes de entre 13 y 22 años, indican que las prácticas de las chicas en Internet suelen deberse a su deseo de autoafirmarse, sobre todo en su originalidad.
«En el caso de las jóvenes, se trata más bien de expresarse ante el resto de la gente, como llevar un determinado tipo de ropa al instituto», explica John Palfrey, director ejecutivo del Berkman Center. «Tiene que ver con la expresión de la identidad en el mundo real».
Cuando Lauren Renner, de 16 años, estaba en quinto, una amiga suya, Sarada Cleary, que ahora tiene 14 años, y ella -ambas de Oceanside, California- empezaron a escribir sobre sus vidas en Agirlsworld.com, una revista electrónica interactiva con artículos escritos por y para chicas.
«Chicas de todos los lugares la leían y enviaban preguntas sobre lo que debían hacer ante un problema», explica Lauren. Creo que a las chicas les gusta ayudar con los problemas o las preguntas de otras personas, de una forma como… maternal hacia todo el mundo».
Hoy Lauren y Sarada son dos de las más de 1.000 chicas que entregan habitualmente contenidos a Agirlsworld. Se ganan unos cuantos dólares escribiendo artículos en Internet e inventando actividades para las vacaciones, como las recetas de desayunos para el Día de la Madre, que están colgadas en esta página web.
«En el colegio hay una clase determinada de gente», opina Sarada. «Son los de tu zona. Pero en la Red puedes experimentar la cultura de todos los internautas a través de ellos».