Fundación Mujeres se suma a la conmemoración del 21J cuando se celebra el Día Internacional de la Educación no Sexista. Esta conmemoración busca promover el derecho a la educación de forma igualitaria, sin sesgos de género y con igualdad de oportunidades.
En 1981, un grupo de mujeres activistas y feministas de algunos países de América Latina, se unieron para reivindicar el derecho de la educación para las mujeres. Así fundan la Red de Educación Popular Entre Mujeres de Latinoamérica y el Caribe, una iniciativa que buscó fortalecer el movimiento popular de las mujeres a través de la acción educativa. En este sentido la década de los 80´s no sólo fue una década con múltiples cambios políticos y sociales, sino que también afecto de manera profunda las formas y concepciones de la educación.
¿Por qué es importante conmemorar el 21 J?
El potencial que tiene la educación es algo indiscutible, por este hecho, es vital seguir repensando cómo se garantiza este derecho a toda la población. La UNICEF en su publicación Educación Transformadora de Género, cuenta la importancia que tiene para la sociedad educar a las mujeres de forma igualitaria. Educar a las niñas al mismo nivel que los niños podría beneficiar a los países en desarrollo por una suma de al menos $ 112 mil millones al año. En este sentido, la Educación Transformadora de Género es un enfoque que permite construir una igualdad de oportunidades.
El impacto que genera educar a las mujeres y su carácter expansivo es innegable. En los últimos años se ha dado una fuerte cruzada para edificar una educación sensible al género. En este sentido, la educación sensible al género va un paso más allá, explorando activamente formas de abordar las desigualdades y reducir las dañinas normas y prácticas de género. (Educación transformadora de género; 2021). En pro de lo anterior, y de seguir avanzando el 21J, es una fecha ideal para visibilizar y trabajar en una educación para las mujeres que se encuentre libre de sexismo.
El 21J permite colocar en las agendas internacionales la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. A su vez, es una oportunidad para que se den cambios estructurales en la forma de concebir la educación.
Así, al promover la educación participativa e igualitaria como un derecho, es consecuencia directa de la garantía de otros derechos que impactan a las mujeres y a las sociedades. La transversalidad internacional del 21J, debe ser innegable, implicando los cambios intersectoriales en todos los ámbitos que se relacionan con las políticas educativas.
¿Cómo podemos construir una educación no sexista?
La construcción de una educación no sexista exige de diversas formas, un trabajo mancomunado con todos los actores sociales. A este respecto, se pueden señalar 7 puntos, recogidos en el documento, Educación Transformadora de Género, a saber:
- Transformar las políticas y el compromiso político.
- Transformar la pedagogía.
- Transformar los ambientes escolares.
- Transformar la participación de niñas, adolescentes y jóvenes.
- Transformar el liderazgo comunitario.
- Transformar el compromiso de las partes interesadas.
- Transformar la generación de la evidencia.
En este sentido se busca entonces, el aumento de inversión en enfoques y soluciones basados en evidencia que tienen como objetivo primordial la igualdad de género (Educación transformadora de género; 2021). Además, la formación de docentes en temas de igualdad, la transformación de currículos y un aumento del aprendizaje entre pares, potencia el derecho de una educación no sexista.
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