La mano de obra femenina se ha convertido en el motor del crecimiento del empleo en Europa. Desde el lanzamiento de la Estrategia de Lisboa en el año 2000, seis de los ocho millones de puestos de trabajo creados en la UE han sido ocupados por mujeres.
Sin embargo, la persistencia de disparidades muestra que hay que hacer algo más por aprovechar el potencial productivo de las mujeres.
La situación de las mujeres en el mercado laboral sigue siendo claramente desfavorableen relación con los hombres, en aspectos tales como modalidades de trabajo y segregación del mercado laboral ampliamente compartimentado; importantesdiferencias salariales; mayor dificultad para conciliar la vida profesional y la vida privada; desequilibrios persistentes entre hombres y mujeres en la ocupación de puestos de toma de decisiones, tanto políticos como económicos; segregación en la educación y fuertes estereotipos a la hora de elegir estudios, y mayor riesgo de exclusión y pobreza en mujeres de edad avanzada y familias monoparentales.
En este sentido, las políticas de igualdad entre hombres y mujeres son instrumentos esenciales para el crecimiento económico, la prosperidad y la competitividad. A fin de explotar al máximo el potencial de productividad de la mano de obra europea, es fundamental promover la participación y la permanencia de las mujeres en el mercado laboral y eliminar las diferencias entre hombres y mujeres en todos los ámbitos.
El VIII Seminario Europeo sobre Empleo que la Asociación de Periodistas Europeos celebrará en Gijón el próximo mes de abril propone incentivar un debate sobre las distintas políticas de empleo que se desarrollan en Europa a nivel regional, nacional y comunitario sobre las particularidades que tiene el mundo laboral para el colectivo de mujeres, considerando la evolución demográfica e inmigratoria en el continente.
Se examinará también el impacto que tendrá en España el desarrollo de la Ley Orgánica para la igualdad efectiva de mujeres y hombres aprobada en marzo de 2007. Además, se subrayará la importancia del nivel local para el desarrollo de las políticas públicas al considerarlo más próximo a la realidad de las mujeres.
Para lograr mantener e incluso incrementar la capacidad productiva de la economía española, será necesario aumentar la participación en la población activa mediante una mayor incorporación de mujeres, además de otras medidas como el alargamiento de la vida laboral o un flujo adecuado de población inmigrante, aprovechando plenamente el potencial de las mujeres inmigrantes en el mercado de trabajo.
No obstante, hay que tener en cuenta que la mayor participación de las mujeres agudizará el problema de la compatibilidad entre trabajo y familia y exigirá medidas adecuadas por parte de los poderes públicos y una nueva mentalidad empresarial que contribuyan a atraer y fijar en el mercado de trabajo a las mujeres.